Repatriación internacional desde Barcelona: guía completa de trámites y costes

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Afrontar una repatriación internacional desde Barcelona no es sencillo, pero es un poco más llevadero cuando se conocen los trámites a realizar. Trasladar un cuerpo de un país a otro es un proceso delicado que requiere de mucha burocracia y, por eso, es importante no saltarse ningún trámite para que no haya problemas.

¿En qué consiste una repatriación funeraria?

Cuando un ciudadano extranjero que reside en España, o un turista, fallece en territorio español, lo más lógico es que su familia desee llevar su cuerpo a su lugar de origen. El procedimiento a través del que se traslada el cuerpo de una persona fallecida desde un país extranjero hasta su lugar de origen o de residencia es lo que se conoce como repatriación funeraria.

Este es un tema complejo porque entra en juego la legislación mortuoria española, pero también la del país de origen del fallecido. De ahí la necesidad de hacer una serie de trámites administrativos antes de poder trasladar el cuerpo.

Las embajadas y consulados cumplen un papel muy importante en la repatriación, porque se encargan de:

  • Intermediar legalmente. Por ejemplo, a la hora de obtener certificados provisionales de defunción y permisos de traslado.
  • Asesorar a las familias sobre la normativa local y el funcionamiento de los servicios funerarios.
  • Facilitar documentos que pueden agilizar los procesos, especialmente si se trata de países que tienen firmados acuerdos bilaterales en esta materia.

Pasos para una repatriación internacional desde Barcelona

Si un ciudadano de otro país fallece en Barcelona y su familia desea trasladarlo a su lugar de origen, hay unos pasos que son esenciales.

Decidir el tipo de traslado

Lo primero es decidir si se va a trasladar el cuerpo o las cenizas. La segunda opción es mucho más sencilla, porque las aerolíneas no suelen poner problemas. Eso sí, la urna debe estar correctamente sellada y se pasa como equipaje de mano (con los necesarios controles de seguridad para verificar su contenido). Además, es necesario llevar el certificado de defunción y el certificado de cremación.

Si se opta por trasladar el cuerpo, se aplica el Acuerdo de Estrasburgo de 1973. Según este, el cadáver tiene que ir acompañado de un salvoconducto mortuorio; el ataúd tiene que ser hermético y el cuerpo tiene que estar obligatoriamente embalsamado.

Contactar con especialistas

Una repatriación funeraria no es una situación que se afronte con asiduidad, por lo que es normal tener dudas. De ahí la necesidad de contar con asesoramiento especializado.

Lo recomendable en estos casos es ponerse en contacto con una funeraria que tenga experiencia a nivel internacional. Esta se encarga de coordinar todo lo referente a la recogida, conservación del féretro y la logística del traslado.

Además, es necesario tramitar la autorización sanitaria de traslado internacional para autorizar la salida del cuerpo desde España. Así como consultar con el consulado del país de destino, para confirmar si los documentos que acompañan al fallecido necesitan algún tipo de legalización o traducción.

Si la persona fallecida contaba con un seguro de decesos, hay que comunicar su muerte lo antes posible a la compañía de seguros. En muchos casos, ofrecen cobertura de repatriación y pueden encargarse de todos los trámites.

Tramitación administrativa

Para poder trasladar el cuerpo es necesario obtener el certificado de defunción, el certificado sanitario y la autorización de traslado internacional. Si no se cuenta con un seguro de decesos, es aconsejable consultar sobre este tema con la funeraria, ya que suelen ofrecer este tipo de servicios.

En último lugar, hay que solicitar a la autoridad competente el laissez-passer o salvoconducto mortuorio. Sin él no es posible hacer el traslado.

Preparación y transporte

Con toda la documentación ya lista, la funeraria prepara el féretro conforme a la normativa:

  • Es un doble contenedor, con una caja interna metálica (de plomo o zinc) y una caja exterior de madera.
  • Las dos cajas deben estar soldadas y selladas para evitar que se puedan abrir.
  • La caja exterior debe tener un grosor mínimo de 15 a 20 mm y estar reforzada por abrazaderas metálicas.
  • El ataúd se cierra en presencia de funcionarios autorizados para garantizar que se cumple con la normativa sanitaria.

Si el traslado se va a hacer en avión (también puede hacerse en barco o coche), algunas aerolíneas pueden exigir un embalaje adicional. Por ejemplo, que el féretro vaya dentro de un cartón, para que no se dañe durante el vuelo.

Documentación necesaria para la repatriación internacional desde Barcelona

Para llevar el cuerpo de un país a otro los documentos imprescindibles son los siguientes:

  • Certificado literal de defunción.
  • Informe forense (si procede).
  • Certificado sanitario o autorización sanitaria para el traslado internacional.
  • Laissez-passer o salvoconducto mortuorio acorde a lo dispuesto en el Acuerdo de Estrasburgo. Este es el documento principal de tránsito.
  • Acreditación de que el féretro cumple los requisitos legales para el traslado.
  • Legalización o apostilla de La Haya y traducciones juradas de todos los documentos, si están en un idioma diferente al que se usa en el país de destino.

¿Cuánto se tarda en hacer una repatriación funeraria?

Depende del caso concreto. Según la normativa, hay que esperar 24 horas desde el fallecimiento para poder iniciar los trámites. Dado que en este caso hay que solicitar diferentes documentos, e incluso es posible que sea necesario conseguir una traducción jurada de los mismos, el proceso se puede alargar.

En líneas generales, el tiempo de espera está entre tres y 15 días, pero hay factores que pueden provocar retrasos, como:

  • Distancia al país de destino.
  • El tiempo que se tarda en obtener los documentos.
  • Intervención judicial, si es necesaria una autopsia o hay una investigación sobre el fallecimiento.
  • Disponibilidad del transporte.

¿Cuánto cuesta una repatriación internacional desde Barcelona?

El precio puede variar en función del destino, la distancia, las labores de conservación que haya que realizar y las tasas aplicables.

Por norma general, el traslado de un féretro dentro del territorio de la Unión Europea suele costar entre 6.000 y 10.000 euros. Cuando el traslado es intercontinental el coste puede rondar los 40.000 euros.

Si el fallecido tenía un seguro de decesos con repatriación, lo habitual es que la póliza cubra todo o gran parte de los gastos logísticos.

Afrontar una repatriación internacional en Barcelona te resultará más sencillo si tienes a tu lado a especialistas en la materia. En Proxima Serveis Funeraris nos tienes a tu disposición para todo lo que puedas necesitar para llevar a tu ser querido a su lugar de descanso definitivo.

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