Vivimos en un mundo totalmente digitalizado y, a día de hoy, es raro que una persona no tenga presencia en alguna red social, un foro u otras plataformas similares. Pero, ¿qué ocurre con esos perfiles cuando el titular fallece? Eso es precisamente lo que trata de regular el testamento digital.
¿Qué es un testamento digital?
El Código Civil catalán hace referencia a las «voluntades digitales» en su artículo 411-10. Señala que se entienden como tales las manifestaciones que hace una persona para que, tras su muerte, sus herederos (o el albacea de la herencia) puedan actuar ante los prestadores de servicios digitales con quienes el fallecido tuviera cuentas activas.
Dicho de manera más sencilla, es el documento que determina qué debe hacerse con los bienes y contenidos digitales de una persona después de su fallecimiento.
Como cualquier otra disposición testamentaria, lo relativo a este tema se puede modificar y revocar en cualquier momento. Basta con que el testador deje constancia de su cambio de opinión.
En defecto de testamento digital, los herederos pueden ejercer ciertas acciones. La más importante es solicitar a los prestadores de servicios digitales que cancelen las cuentas activas de una persona que ha fallecido.
¿Para qué sirven las últimas voluntades digitales?
Su objetivo es planificar qué ocurrirá con la identidad digital y los activos digitales de una persona tras su muerte. La libertad de actuación es bastante amplia e incluye:
- Designar a una o varias personas que se encarguen de la gestión de las cuentas de redes sociales, correo electrónico, blogs, etc.
- Facultar a esas personas para que eliminen o conserven determinados perfiles.
- Autorizar o denegar el acceso a ciertos contenidos digitales tras el fallecimiento.
- Determinar el destino de activos digitales que tienen valor económico, como las criptomonedas o las cuentas de PayPal.
- Facilitar a los herederos el acceso a las cuentas que son necesarias para hacer las gestiones post-mortem: contraseñas de correos electrónicos, información sobre banca digital, etc.
- Establecer directrices sobre los derechos de autor de las obras que se han publicado online: fotos, música, escritos…
¿Qué puede incluir un testamento digital?
Se puede referir a múltiples aspectos de la vida online de una persona (no es necesario que lo haga a todos):
- Redes sociales. Se puede solicitar su eliminación o su conversión en una «cuenta conmemorativa».
- Cuentas de correo electrónico. Instrucciones para acceder a ellas, cerrarlas o conservar la información.
- Archivos en la nube. Permitir el acceso u ordenar la eliminación de los documentos personales.
- Activos digitales. Wallets, aplicaciones financieras, NFT, etc. Es necesario informar a los herederos de las claves privadas de acceso y de los dispositivos de autenticación.
- Suscripciones y servicios. Las plataformas de streaming como Netflix y los servicios en línea como Amazon se pueden cancelar o se puede llevar a cabo una transferencia de cuenta.
- Propiedad intelectual y contenidos digitales. Indicación sobre los derechos existentes o sobre el deseo de eliminación relativo a blog personales, canales de YouTube, libros electrónicos publicados, etc.
Ventajas de tener un testamento digital
Tras el fallecimiento de una persona, la gestión de su vida digital se puede convertir en un problema para los herederos. Por eso, lo mejor es dejar dicho qué se desea que se haga con la presencia online.
El testamento digital ayuda a:
Evitar conflictos familiares
No hay discusiones sobre si un perfil en redes sociales debe mantenerse o borrarse, o sobre qué hacer con bienes digitales que tienen un valor económico. Porque es el propio difunto el que ha decidido lo que debe hacerse.
Proteger la privacidad
Las redes, blogs, etc., son públicas, y la información va a permanecer en ellas para siempre si no se borra. Esto puede acabar convirtiéndose en un problema para la privacidad del difunto o de alguno de sus allegados.
El testamento digital permite elegir qué información debe conservarse y cuál hay que eliminar. Esto evita una exposición involuntaria de los datos sensibles.
Conservar el legado digital
Este sistema permite preservar obras que solo tienen una proyección online, cuyo valor puede ser cultural o meramente personal.
Pasos para la elaboración de un testamento digital
El testamento es la expresión de las últimas voluntades de una persona. En su versión digital, implica que el causante deja prescripciones a sus herederos sobre lo que desea que se haga con su presencia online. Su elaboración no cuenta con una regulación estricta, pero lo recomendable sería:
Inventario digital
El primer paso es hacer un listado completo de las cuentas, perfiles y activos digitales. Incluyendo la información de acceso (usuario y contraseñas) o usando gestores de contraseñas. El objetivo es que los herederos puedan acceder a estas cuentas cuando llegue el momento.
Redactar instrucciones
Hay que detallar de la mejor forma posible qué se debe hacer con cada cuenta o servicio. Si hay que conservarla, borrarla, convertirla en una cuenta conmemorativa, transferir los archivos a una determinada persona, etc.
Designar un albacea digital
Esta figura se va a encargar de ejecutar las últimas voluntades digitales del fallecido. Puede ejercer como albacea digital el albacea general del testamento, pero también puede ser otra persona.
Incluirlo en el testamento notarial
Para dotar de fuerza legal a esta voluntad, lo mejor es que conste como una cláusula más dentro de un testamento debidamente autorizado y otorgado ante notario.
Eso no quiere decir que un testamento digital hecho de otra manera no sea válido. Pero esta fórmula permite un mayor conocimiento de las últimas voluntades digitales por parte de los herederos y les facilita llevar a cabo lo que ha pedido el difunto.
¿Cuándo es conveniente hacer un testamento digital?
En ningún caso es obligatorio, pero resulta muy recomendable en los siguientes casos:
- Se poseen activos digitales de valor económico. Dominios web, criptomonedas, etc.
- Se administran negocios digitales. Por ejemplo, plataformas de ecommerce o cuentas de influencers.
- Si se desea proteger al máximo la privacidad post mortem.
- Cuando se ha publicado contenido creativo como fotografías, libros, etc.
- Para evitar dejar un problema técnico y emocional a los familiares.
Conclusión
El testamento digital es muy útil, pero enfrenta algunas dificultades como la falta de una regulación específica más amplia. Sin embargo, está demostrando ser una herramienta muy práctica y, por ello, es recomendable pensar y plasmar por escrito qué deben hacer los herederos con la presencia online de una persona.
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