Arquitectura funeraria: cuando el diseño honra la memoria

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La arquitectura funeraria ha acompañado al ser humano desde hace milenios. Desde los túmulos neolíticos a los cementerios actuales, esta forma de arte se entiende como una manera de honrar a los que ya han partido.

¿Qué es la arquitectura funeraria?

Es una rama de la arquitectura que se encarga del diseño y de la construcción de espacios y monumentos destinados a los ritos funerarios o al recuerdo de los muertos:

  • Tumbas.
  • Mausoleos.
  • Cementerios.
  • Criptas.
  • Columbarios.
  • Monumentos conmemorativos.
 

Su finalidad está a medio camino entre el simbolismo y la practicidad: su carácter práctico se manifiesta en el hecho de que este tipo de construcciones permiten preservar adecuadamente los restos humanos. Su carácter simbólico se aprecia en que las construcciones funerarias y los monumentos sirven para expresar creencias sobre la muerte y para honrar la memoria de quienes ya no están. 

Evolución de la arquitectura funeraria

Los primeros vestigios funerarios datan de hace más de 100.000 años. De hecho, ya en el Neolítico, los seres humanos levantaron construcciones con una finalidad funeraria que han llegado hasta la actualidad. Así, los dólmenes, los túmulos y los cromlechs combinaban la funcionalidad con una orientación astronómica y un sentido ritual.

Sin lugar a dudas, fue en Egipto donde la arquitectura funeraria alcanzó su máximo esplendor gracias a las pirámides. Pero fueron los romanos los que integraron la muerte en el espacio público, creando necrópolis fuera de los muros de las ciudades.

Durante la Edad Media, con la expansión del cristianismo, el significado del lugar de enterramiento comenzó a cambiar. Las tumbas se empezaron a situar entonces junto a las iglesias, y las criptas se convirtieron en lugares de culto. Es entonces cuando aparecen los cementerios parroquiales y los panteones reales, como el Monasterio de El Escorial.

Con el auge del arte gótico, los sepulcros de reyes, obispos y nobles se convierten en auténticas obras de arte que tienen un lugar destacado en las catedrales.

En la Edad Moderna se prohibieron los enterramientos en las iglesias por motivos de salubridad, y los cementerios volvieron a ser exteriores como lo habían sido en un primer momento en Roma. Nace entonces el modelo de cementerio que conocemos hoy en día: un lugar ajardinado, organizado en avenidas, en el que se combinan arte y naturaleza.

Entre los siglos XX y XXI la arquitectura funeraria empieza a diversificar sus formas, y aparecen nuevas construcciones como los cementerios verticales y monumentos como los memoriales de guerra.

Ejemplos destacados de arquitectura funeraria en España

El arte funerario tiene una extensa tradición en España, como te mostramos a continuación:

Necrópolis de Carmona (Sevilla)

Uno de los vestigios más antiguos de arquitectura funeraria que se ha encontrado en España es la necrópolis de Carmona. En este conjunto romano del siglo I a. C. se conservan tumbas excavadas en la roca, cámaras funerarias y esculturas.

Panteón de los Reyes (El Escorial, Madrid)

Construido en el siglo XVI bajo el reinado de Felipe II, este Monasterio se convirtió en el lugar en el que reposan los restos de los monarcas. Su arquitectura sobria y su organización son reflejo del poder del Estado y de la fe católica. 

El panteón real es una estancia octogonal que acoge las tumbas de 26 reyes, reinas y madres de monarcas españoles en los intercolumnios de sus siete caras. Aquí están enterrados desde Carlos V hasta Alfonso XIII. Solo faltan Felipe V (enterrado en La Granja) y Fernando VI (enterrado en el convento de las Salesas Reales de Madrid).

Como curiosidad, los reyes no son enterrados aquí en un primer momento. Pasan 25 años en el pudridero y después se trasladan sus restos al panteón.

Solo quedan dos huecos libres, que serán ocupados dentro de unos años por Don Juan y Doña María, los padres de Juan Carlos I. De cara al futuro, se han planteado diferentes soluciones para ampliar el panteón, pero por el momento ninguna se ha llevado a efecto.

Cementerio inglés de Málaga

Fundado en 1831, es especialmente popular por ser el primer cementerio protestante de la península. Cuenta con un diseño ajardinado y tumbas con influencias victorianas que atraen cada año a muchos visitantes.

Cementerio de Arenys de Mar

Una de las muestras más destacadas de arquitectura funeraria en Cataluña es este cementerio diseñado en 1816 y ubicado sobre una colina frente al Mediterráneo.

La combinación entre paisaje y arquitectura ha llegado a inspirar a varios poetas como Salvador Espriu, a quien le dedicó su poemario más famoso, El cementiri de Sinera.

Necrópolis paleocristiana de Tarragona

Este conjunto formado por más de 2.000 tumbas, mosaicos, sarcófagos y epitafios, datados entre los siglos III y IV, está considerado Patrimonio de la Humanidad. Es, además, uno de los yacimientos más importantes del cristianismo primitivo en Hispania.

Cementerio de Montjuïc (Barcelona)

Su localización en una ladera con vistas al mar, y su impresionante arquitectura, lo han convertido en uno de los cementerios más espectaculares de Europa. Fue abierto en 1883 y en su interior alberga miles de sepulturas, nichos y mausoleos de la burguesía catalana de los siglos XIX y XX. Muchos de ellos, diseñados por arquitectos modernistas de renombre como Josep Puig i Cadafalch.

Además, aquí se encuentran los panteones de familias tan importantes en la historia de Barcelona como los Güell, los Batlló y los Amatller.

Por todo ello, los amantes del arte funerario pueden encontrar en este cementerio diseños góticos, neoclásicos y modernistas.

Cementerio de Sants (Barcelona) 

El cementerio de Sants, inaugurado en 1880 y obra de Jaume Gustà i Bondia, se organiza en tres patios que combinan panteones majestuosos y hileras de nichos, creando un ambiente sereno. Muy cerca se encuentra el histórico Tanatorio de Sants-Eixample, lo que subraya la conexión entre los espacios dedicados al recuerdo. 

Asimismo, sus fachadas de piedra y ladrillo se enriquecen con esculturas de artistas como Pau Gargallo, que aportan un toque de modernidad al conjunto.

Pasear entre sus caminos ajardinados es, sin duda, recorrer un “jardín de la memoria” donde el diseño honra la vida y el recuerdo de quienes descansan allí.

La muerte inspira a la arquitectura

La arquitectura y el arte funerario demuestran que a lo largo de la historia los seres humanos han afrontado la muerte con temor, pero también con un gran respeto hacia quienes han fallecido. Esto ha hecho que, lejos de ser lugares tristes o meramente funcionales, los cementerios hayan pasado a ser espacios que aportan tranquilidad y en los que se puede apreciar el arte.

Conclusión

Ejemplos como los que hemos visto demuestran que la arquitectura funeraria ha sido capaz de encontrar el equilibrio perfecto entre la necesidad de dar un espacio a los fallecidos, honrar su memoria y crear espacios agradables para los vivos. Si en este momento afrontas la pérdida de un ser querido, puedes contar con nosotros para ayudarte a organizar el funeral.

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