Visitar el cementerio con niños puede ayudarles a entender lo que significa la muerte de un ser querido y a sobrellevar el duelo. Pero debemos tener en cuenta, también, que para ellos es una experiencia emocionalmente compleja, por lo que requiere una cierta preparación.
¿A qué edad pueden ir los niños al cementerio?
Legalmente no se regula ninguna edad mínima para poder entrar en un camposanto. No obstante, si de lo que hablamos es de participar en un ritual funerario, o de hacer una visita, lo mejor es esperar hasta que los pequeños hayan cumplido los seis años.
A esa edad empiezan a tener la madurez mental suficiente para entender lo que implica perder a un ser querido, y comprender la importancia de ir al cementerio.
Visitar el cementerio con niños: claves para hacerlo
Aquí te dejamos algunos consejos que te pueden ayudar en esta situación:
Preparación para la visita
Es importante involucrar a los niños en el plan, así que podemos comenzar explicándoles por qué van a ir al cementerio.
Lógicamente, esta explicación debe adaptarse a la edad y el nivel de comprensión de los niños. En el caso de los más pequeños, es normal que surja cierto miedo ante la perspectiva de ir a un cementerio, por lo que la descripción que les vamos a dar es mejor que sea sencilla y tranquilizadora.
Los niños son curiosos por naturaleza, y esta nueva experiencia les va a generar dudas. Como adultos, debemos estar ahí para responder sus preguntas con honestidad y calmar cualquier inquietud que puedan tener. Lo importante es que, al final, se queden con la idea de que van a hacer algo bonito, y que el cementerio es un lugar tranquilo y seguro.
Establecer expectativas de comportamiento
Uno de los grandes retos de ir al cementerio con niños es conseguir que estos permanezcan en silencio y se mantengan tranquilos. Por eso, vamos a marcar de antemano unas expectativas sobre el comportamiento que esperamos de ellos durante la visita.
Deben saber que tienen que comportarse de forma respetuosa, y que tienen que hablar en un tono de voz bajo. Además, hay que dejar bien claro que el cementerio no es un lugar para jugar o correr, sino de descanso y reflexión.
Como en todos los aspectos de la vida, los adultos somos el modelo a seguir de los niños. No podemos exigirles a ellos un cierto comportamiento si nosotros no lo aplicamos, así que vamos a asegurarnos de que nos mantenemos en calma durante toda la visita.
Llevar objetos confortables y educativos
En el caso de los niños más pequeños, es buena idea llevar un objeto de confort, también conocido como objeto de apego. Ese peluche o mantita que alivia la ansiedad, y que les ayudará a afrontar con más tranquilidad esta nueva experiencia.
Si los niños son algo más mayores, pero no lo suficiente como para entender más en profundidad lo que significa un cementerio, puedes llevar material educativo. Hay muchos libros adaptados a la infancia que tratan el tema de la muerte, el proceso de duelo y los cementerios. Si los llevas durante tu visita, puedes aprovechar la presencia en el camposanto para enseñar más a tus hijos sobre estos temas.
Crea un ambiente positivo al visitar el cementerio con niños
Vamos a intentar que la experiencia sea lo más positiva posible. Si habéis ido a visitar a un ser querido, podéis compartir historias y buenos recuerdos de esa persona. Una acción tan sencilla como esta es, además, una de las mejores formas en las que adultos y niños podemos procesar el duelo.
Ya sabes que a los pequeños les encanta participar de lo que hacen los mayores, y vamos a aprovecharlo para mejorar la experiencia. Permíteles que participen en los rituales que llevas a cabo, por ejemplo, si vas a depositar unas flores o una nota. Explícales qué sentido tiene y dales una participación activa. Así, además, estarán entretenidos y existe menos riesgo de que empiecen a correr o jugar.
Después de esto, prueba a promover un momento de reflexión o silencio. Invita a los niños a que estén un minuto en silencio como forma de respeto y de recuerdo a quienes ya no están con nosotros.
¿Y después de la visita?
Tras vivir esta nueva experiencia, es normal que los niños tengan dudas, o que no sepan gestionar muy bien sus sentimientos. La forma de ayudarles a procesar todo esto es hablar sobre cómo se han sentido, e invitarles a que planteen todas las preguntas que tengan.
Es importante que los niños sepan que está bien sentir tristeza o cualquier otra emoción ante la pérdida de un ser querido, y que tengan la confianza de que tú vas a estar ahí para apoyarles y escucharles.
Visitar un cementerio con niños puede ser una experiencia positiva para toda la familia y una forma de superar el duelo, así que no te prives de ella. Y si lo que necesitas es despedir a una persona especial, ya sabes que en Proxima Serveis Funeraris estamos a tu entera disposición.
Conclusión
Visitar el cementerio con niños, aunque es una experiencia emocionalmente compleja, puede ser fundamental para ayudarles a comprender la muerte y procesar el duelo de manera saludable. A partir de los seis años, los niños comienzan a tener la madurez necesaria para entender estas situaciones.
Es esencial prepararles adecuadamente, explicándoles de manera sencilla y tranquilizadora el propósito de la visita, estableciendo expectativas de comportamiento respetuoso y llevándoles objetos de confort o material educativo. Fomentar un ambiente positivo, permitirles participar en los rituales y hablar sobre sus sentimientos después de la visita, contribuye a que la experiencia sea enriquecedora y constructiva para ellos, ayudándoles a afrontar la pérdida de un ser querido de una manera más natural y sana.
Si te han quedado dudas, o quieres que te asesoremos en cualquier otro tema, no dudes en contactar con nosotros y te atenderemos sin compromiso!