Las últimas voluntades de una persona son una expresión de aquello que desea que ocurra con sus bienes, y determinan la forma en la que debe hacerse el reparto de la herencia y se recogen a través de un testamento. Te indicamos las disposiciones más habituales y su importancia.
La importancia de las últimas voluntades
Una de las grandes ventajas del testamento es que, casi en la totalidad de los casos, evita que haya disputas familiares por el reparto de la herencia. Esto es porque determina de forma clara y concisa quiénes son los herederos y qué parte de la herencia corresponde a cada uno de ellos. Así, se encarga de facilitar la transición del patrimonio de una forma ordenada y eficiente, evitando demoras.
En ausencia de testamento, la herencia se reparte igualmente, pero se hará de conformidad con lo dispuesto en el Código Civil.
Las últimas voluntades más comunes
Aunque cada persona es libre de tomar sus propias decisiones sobre qué pasará con sus bienes tras su fallecimiento, en la práctica hay una serie de cláusulas que es habitual ver en muchos testamentos.
Designación de herederos
Uno de los aspectos más importantes del testamento es la designación de herederos. Respetando lo que establece el Derecho Civil en cuanto a herederos forzosos, el testador es libre a la hora de determinar quiénes van a recibir sus bienes: familiares, amigos e incluso instituciones.
Por otro lado, los hijos son herederos legítimos que no pueden quedar fuera de la herencia, pero no tienen por qué recibir la misma proporción del caudal hereditario. En cuanto al cónyuge, es común que el testador le deje el tercio de libre disposición y, además, el usufructo sobre bienes esenciales como la vivienda común o las cuentas corrientes.
El testador puede, además, dejar legados a favor de determinadas personas o instituciones, que recibirán un bien o derecho específico.
Institución de albacea
Es muy común que en las últimas voluntades se nombre un albacea. Esta persona estará encargada de ejecutar las disposiciones testamentarias, por lo que le corresponde llevar a cabo tareas como:
- Elaborar el inventario.
- Pagar las deudas pendientes.
- Distribuir la herencia entre los herederos.
- Entregar los legados.
Su designación, no siendo obligatoria, sí resulta muy interesante a la hora de facilitar la gestión del caudal hereditario y de evitar conflictos entre los herederos.
Sustitución vulgar
Puede ocurrir que el heredero haya fallecido antes que el propio testador. Por eso, es habitual incluir una cláusula de sustitución vulgar que determina quién debe heredar en caso de que el heredero instituido ya estuviera fallecido en el momento de ser llamado a la herencia.
Por ejemplo, si una persona instituye como heredero a su hermano, puede establecer una cláusula de sustitución vulgar a favor de una ONG. Así, si el hermano ya ha fallecido en el momento de repartirse la herencia, esa cuota que le corresponde pasaría a esa institución.
Nombramiento de tutor a un menor de edad o curador a una persona incapacitada
Los padres de hijos menores de edad, o los tutores de personas con una incapacidad, pueden aprovechar el testamento para determinar quién ha de hacerse cargo tanto de la persona como de sus bienes. Ese tutor o curador nombrado será el que represente al menor o incapacitado en la herencia.
Cuidado de las mascotas
El estatus jurídico de los animales de compañía ha cambiado mucho en los últimos años, pasando de ser considerados «cosas» a miembros de pleno derecho de la familia. Precisamente por ello, es común que el testamento incluya cláusulas con relación al cuidado de las mascotas, determinando quién debe hacerse cargo de ellas.
Pactos sucesorios
En el caso de personas que forman parte de una empresa familiar, es bastante habitual que sea el testamento el que incluya una cláusula para regular la transmisión de las participaciones sociales. Esto agiliza la sucesión empresarial y garantiza la continuidad del negocio.
¿Qué factores influyen en las últimas voluntades?
Los testamentos acaban siendo muy similares unos a otros, porque al fin y al cabo lo que busca el testador es proteger a su familia y evitar que el reparto de sus bienes pueda originar un conflicto entre los herederos.
En la práctica, los factores que más influyen en las decisiones que se toman con respecto al reparto de la herencia son:
- Situación familiar. La existencia de hijos, cónyuge, padres u otros familiares influye de forma directa en la distribución de los bienes.
- Situación económica. El volumen y la naturaleza de los bienes del testador determina las posibilidades de disposición que existen.
- Valores personales. Las creencias y convicciones personales del testador influyen en sus decisiones testamentarias.
- Asesoramiento profesional. La orientación por parte de un abogado especializado no es obligatoria, pero sí muy recomendable para que el testamento se ajuste a la legalidad y reducir con ello las posibilidades de impugnación.
Una vez hecho, el testamento se puede modificar todas las veces que sean necesarias si hay cambios en la vida familiar o personal del interesado.
Conclusión
Expresar las últimas voluntades es algo rápido y sencillo, por lo que no conviene dejar pasar la oportunidad de dejar constancia de cómo se desea que se repartan los bienes propios. Si en este momento lo que necesitas es organizar la despedida de un ser querido, o ayuda con los trámites legales, en Proxima Serveis Funeraris estamos a tu disposición.


