A consecuencia de una enfermedad que obliga a una hospitalización, o como resultado de las graves lesiones de un accidente, la muerte en un hospital es algo bastante habitual. Cuando sucede, se llevan a cabo una serie de trámites administrativos que son totalmente necesarios en estos casos.
Protocolo de fallecimiento en el hospital
Este protocolo se activa cuando una persona muere, y hay que comunicar esta situación a sus familiares. Puesto que se trata de un momento de gran dolor y angustia, los facultativos reciben formación sobre cómo trasladar este tipo de noticias y actuar en estas situaciones.
En la mayoría de los hospitales existe un protocolo predefinido que incluye:
- Información a los familiares sobre el fallecimiento.
- Apoyo emocional.
- Puesta a disposición de los familiares de profesionales sanitarios que puedan ayudarles en este trance.
- Información sobre los trámites administrativos que va a llevar a cabo el hospital para que el cuerpo pueda ser trasladado al tanatorio.
Aunque a los familiares se les suele conceder unos minutos para despedirse de su ser querido, lo normal es que el cuerpo sin vida sea retirado de la habitación lo antes posible y de manera discreta. Desde allí, se traslada hacia la zona de la morgue, donde permanecerá hasta que se hayan cumplimentado los trámites legales necesarios para poder trasladarlo.
Certificado médico de defunción
Para que se pueda autorizar la salida del cuerpo del fallecido del hospital y su traslado al tanatorio, es imprescindible contar con un certificado médico de defunción (CMD). Este documento tiene carácter oficial, y deja constancia tanto del fallecimiento como de la causa del mismo. En caso de existir dudas, se realiza una autopsia.
Lo ideal es poder contar con varias copias de este certificado, porque habrá que hacer uso de ellas en trámites posteriores.
Puesta en contacto con la aseguradora / tanatorio
La expedición del certificado médico de defunción suele ser rápida, pero puede demorarse un poco más si hay que realizar la autopsia del cadáver. En cualquier caso, una vez que se tiene este documento es cuando los familiares pueden empezar con los trámites para despedirse de su ser querido. En este momento hay que contactar con la aseguradora (si el fallecido tenía un seguro de decesos), para que ésta se haga cargo de todo lo necesario para preparar el velatorio y la posterior inhumación o cremación.
Si existen dudas sobre la existencia de un seguro de decesos, se puede consultar en el Registro de contratos de seguros de cobertura de fallecimiento del Ministerio de Justicia. Aunque habrá que esperar 15 días desde el fallecimiento para poder consultar la información.
Si no había seguro de decesos, son los familiares los que deben gestionar por su cuenta los trámites para la organización del funeral. Lo más sencillo es contactar con una funeraria que ofrezca un servicio integral.
En ambos casos, hay que informar a los responsables del traslado sobre el centro hospitalario en el que se encuentra el fallecido. A partir de ese momento, la tramitación queda en manos de los especialistas. Estos contactarán con el hospital y harán las gestiones para recoger el cuerpo.
Tras la muerte en un hospital y la realización de estas gestiones, los familiares pueden empezar a prepararse con más tranquilidad para el velatorio y demás actos de despedida.
Inscripción en el Registro Civil
Cuando una persona fallece en un hospital, el centro médico debe certificar inmediatamente la muerte y comunicarla de manera telemática al Registro Civil correspondiente.
En caso de que fueran los familiares los que tuvieran que hacerlo, necesitan para ello una copia del certificado médico de defunción y el DNI del fallecido.
La inscripción debe hacerse en un plazo máximo de 24 horas desde el fallecimiento, porque la anotación registral es un trámite imprescindible para que se conceda la licencia de enterramiento (es la que hace falta tanto para inhumar un cuerpo como para incinerarlo).
Para que los familiares no tengan que preocuparse por estos trámites en un momento tan delicado, como es la pérdida de un ser querido, lo normal es que la inscripción se haga a requerimiento del hospital. En su defecto, puede solicitarla el gestor del seguro de decesos e incluso algunas funerarias ofrecen este servicio.
Funeral y sepelio
Una vez finalizados todos los trámites administrativos, se prepara y se lleva a cabo el sepelio y, si se desea, el funeral. Al respecto, es importante tener en cuenta que en España los sepelios deben realizarse por ley en un plazo de entre 24 y 48 horas desde el fallecimiento. Sin importar si se va a inhumar el cuerpo o si se va a hacer una incineración.
Solo en ciertos casos excepcionales se puede retrasar este proceso, y nunca se puede hacer antes de que transcurran esas primeras 24 horas tras la muerte.
Certificado de últimas voluntades
Tras el sepelio y el funeral, lo que queda es empezar a pasar el duelo, pero los familiares tendrán que hacer frente en unos días a nuevos trámites administrativos para gestionar el reparto de la herencia. Se recomienda no alargarlo demasiado, ya que el plazo máximo para pagar el impuesto de sucesiones, es de 6 meses desde la defunción.
El primer paso es pedir un certificado de últimas voluntades del fallecido, algo que se puede hacer directamente a través de la Sede Electrónica del Ministerio de Justicia. Como requisito esencial, deben haber pasado un mínimo de 15 días hábiles desde el fallecimiento.
Este documento indica si el difunto tenía o no testamento. Si no había testamento, hay que hacer una declaración de herederos para repartir la herencia. Si había testamento, el certificado especifica qué notario lo tiene registrado. En este caso, hay que ir a la notaría a recoger el testamento y ya se pueden empezar a hacer los trámites de reparto de la herencia.
Conclusión
La muerte en un hospital hace que los trámites iniciales sean un poco diferentes, porque es más sencillo y rápido acceder al certificado médico de defunción. Después, la tramitación es exactamente la misma con independencia de dónde o cómo se haya producido el fallecimiento. En cualquier caso, es importante que los familiares estén al tanto de qué es lo que hay que hacer en cada momento y, por suerte, pueden consultar siempre sus dudas con los diferentes profesionales con los que van a estar en contacto a lo largo del proceso.
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